Se casa tu mejor amigo y te ha pedido que le escribas unas palabras para su boda; has metido la pata con una persona a la que quieres y con la que necesitas disculparte; debes abordar un asunto peliagudo, pedir un favor difícil, romper una relación, tratar de reconstruirla… La vida nos pone en situaciones delicadas y para afrontarlas hay que dedicarles el tiempo y mimo necesarios hasta encontrar las palabras exactas que nos lleven al resultado deseado.
Bodas, cumpleaños, funerales, aniversarios… Un buen discurso se asienta en tres patas fundamentales: qué decimos, cómo lo decimos y con cuántas palabras lo decimos. Tú dime qué quieres transmitir y yo te ofrezco un texto sugerente, humorístico, emotivo o todo a la vez según requiera la ocasión.
Si hay algo que mi carrera como periodista ha potenciado en mí es la fe en las personas y la curiosidad por las vidas ajenas. Mi experiencia me ha mostrado el valor y la singularidad de toda existencia, y que su interés depende de cómo se cuente. Quizá quieras dejar escrita tu historia para tu familia o quieres plasmar en papel la biografía de un ser querido. A lo mejor ya está incluso escrita, y es correcta, pero notas que quizá le falte ‘duende’. Sea cual sea tu idea o tu necesidad, estoy segura de que te puedo ayudar.
Un amor, un desamor, un desencuentro, un conflicto familiar… Hay determinadas experiencias que es mejor contarlas por escrito por dos razones: la primera, porque nos aseguramos de decir exactamente lo que queremos transmitir. La segunda, porque a nuestro destinatario le damos tiempo a que lea, relea, sopese y asimile nuestra noticia o parecer. Te ayudo a comunicar algo delicado para que al receptor le llegue exactamente el mensaje que quieres de una manera eficaz, coherente con tus sentimientos y a la vez respetuosa con los suyos.
Quieres transmitir algo públicamente, hacer un comunicado, redactar una carta al director de un periódico… Dime qué quieres contar y lo escribo por ti.
Tienes un negocio de sabrosísima comida a domicilio, pero tu web es sosa; quieres dar un discurso alentador a tus empleados en tiempos duros; te van a dar un premio, pero el don de la palabra no es el tuyo… Cuántas cosas hay que comunicar y qué difícil es a veces hacerlo de forma auténtica y eficiente.
Independientemente de que estés empezando con tu negocio o lleves años con él, lo que cuentas de él, y cómo lo cuentas, es decisivo, y nunca es tarde para darle ese toque que lo hará irresistible.
La red está llena de ideas, servicios y productos estupendos, pero solo llegan a su cliente ideal los que transmiten el mensaje adecuado.
En estos tiempos no basta con ser: también hay que estar. Y yo te ayudo a que estés muy bien.
Originales: Para cuando ya tienes un texto, pero buscas mejorarlo, darle ese toque que lo haga diferente, original y persuasivo.
Traducciones: una buena interpretación no solo debe ser fiel al mensaje original, sino adaptarse a la realidad cultural de su nueva lengua.
Es cada vez más frecuente, sobre todo en la red, ver textos concebidos para ser dichos en vez de leídos, es decir, con signos de puntuación erróneos. Tampoco es raro encontrar desde pequeñas erratas hasta llamativas faltas de ortografía. Te propongo buscar la excelencia no solo de fondo, sino también de forma.
Una peluquería llamada ‘Greñas’, un restaurante de nombre ‘Arroz pegao’, un ultramarinos autodenominado ‘Mini híper’. Existen multitud de negocio distintos con un factor común: un nombre erróneo. Si el nombre no transmite calidad, difícilmente infundirá confianza ¿Cuántos posibles clientes se pueden perder por una mala elección de nombre? ¿Has encontrado ya el tuyo? Si tienes dudas, tenemos un apasionante reto por delante.
A veces acertamos con el producto que ofrecemos, pero no con el mensaje que lanzamos. Te ayudo a presentar tu producto con un mensaje limpio, rotundo y eficiente.
¿Necesitas algo más que un texto? Mi experiencia de más de 25 años en televisión me dota de las herramientas necesarias para hacerte propuestas que hagan que la presentación de tu idea o negocio no pase desapercibida.
De agradecimiento, de reconocimiento, de ánimo, de felicitación… Cada motivo tiene unas palabras concretas y un tono propio.
Quizá ya has escrito lo que quieres contar y no te acaba de convencer o, directamente, comunicar no es lo tuyo. A veces los textos se nos hacen ‘bola’: se atascan, remolonean… No funcionan. Y ese objetivo que en principio era un estímulo, ese encargo que te pareció todo un honor, acaba por convertirse en un deber pendiente cuya sombra planea angustiosamente sobre tu cabeza. Y desde ese lugar es muy difícil crear.
En ese caso te ofrezco que lo dejes en mis manos. Le daré la vuelta a ese texto tozudo, lo sacudiré, a ver qué cae; hurgaré en sus resquicios, miraré entre sus dobleces hasta encontrar ese hilo invisible pero siempre existente del que tirar para llegar al mensaje idóneo. Y con sus tildes, puntos y comas, cada uno en su buen lugar.